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La Historia de las Ideas

Acerca del Autor:

Franklin L. Baumer (1913- ) Nació en Pensilvania, Estados Unidos. Historiador y educador. Una de sus principales aportaciones de este autor ha sido el estudio de la historia intelectual de Occidente.

Sobre la Lectura:

I. La Historia de las Ideas.

El apartado comienza citando a Lord Acton: "El gran objeto, al tratar de comprender la historia es ir más allá de los hombres y captar las ideas. Las ideas tienen una radiación y un desarrollo, un linaje y una posteridad propios, en que los hombres desempeñan el papel de padrinos y madrinas, más que de padres legítimos."1

Las ideas o doctrinas son las fuerzas impersonales que rigen el mundo, son estas las que lo empujan hacia ciertas consecuencias. Las ideas son las causas de los hechos.

La historia de las ideas, o historia del intelecto, estudia exclusivamente las ideas. Las ideas comprenden un muy terreno muy amplio, pueden referirse a cualquier cosa.

La historia de las ideas se sitúa entre la filosofía y la cultura. Es parte de la filosofía porque muchas veces se limita al pensamiento de unos pocos. Sin embargo, la historia del intelecto se interesa principalmente en las ideas que alcanzan una gran difusión. Le incumbe tanto a el pensamiento de una élite como al pensamiento de un grupo de personas de educación limitada.

La difusión es que tan lejos logró penetrar la idea en otros sectores y que tanto pudo abarcar a los grupos y los movimientos de las personas.

Las ideas consisten del pensamiento racional o metódico, pero no se limitan solo a eso. La ideas llegan muchas veces ser preconcepciones y presuposiciones. Estas son normalmente adquiridas sin que el hombre tenga plena conciencia de su veracidad. Entonces podemos decir que existen dos tipos de ideas, las ideas en las que pensamos e ideas que simplemente creemos.

Ahora la cuestión es: ¿Quién produce las ideas? Las ideas las producen todos. Los intelectuales están en una posición privilegiada al situarse en medio de las clases productoras de ideas, esto les permite transmitir la idea de un sector a otro. Son los encargados de reflejar las ideas de otros, pero procuran refinarlas y aclararlas para que su significado sea mayor. Entonces podemos decir que la función del intelectual consiste en poner a las ideas y creencias en circulación dentro de la sociedad.

Sabemos por medio de los historiadores del intelecto que el desarrollo de la historia se mueve por el producto de la mente, las ideas. Por ende, la historia de las ideas sirve como mediadora entre las explicaciones "idealista" y "mecanicista" de la historia.

La explicación idealista sostiene que la idea no es una reproducción de objetos que existe fuera del espíritu; esta explicación sostiene que una idea es una fuerza originada en la mente que trata de manifestarse en el mundo material.

La explicación mecanicista niega que las ideas sean los determinantes básicos de la historia. Las ideas son reflejos ideológicos de realidades sociales y psicológicas más profundas. Esto ultimo se puede entender, como dijo Freud, como solo el reflejo de nuestros deseos que emana de el inconsciente.

En resumen, los idealistas creen que son las ideas las que provocan los hechos; mientras que los mecanicistas pretenden convencernos de que son los hechos los que generan las ideas.

Baumer considera que en algunos casos son las circunstancias las que propician un nuevo pensamiento, pero concuerda con los idealistas en que son las ideas las que generalmente mueven al mundo.

El autor nos presenta otra razón por la que la historia de las ideas es esencial. Él dice que la historia de las ideas nos ayuda a búsqueda de la verdad.

Como la historia de las ideas resulta idónea en la búsqueda de la verdad, resulta conveniente utilizarla para conocer cuales fueron las respuestas de los antiguos a las preguntas mas cruciales del hombre, "las preguntas perennes".

II. Las Preguntas Perennes.

La historia de las ideas se limita principalmente a las preguntas perennes. ¿Qué son las preguntas perennes? Las preguntas perennes son las preguntas que el hombre se ha planteado, más o menos continuamente, a lo largo de todas las épocas y generaciones. Tiene transcendencia. Estas preguntas son las preguntas más profundas que el hombre se puede plantear acerca de si mismo y del universo.

Una de las características de las preguntas perennes es que están relacionadas de tal manera que resulta difícil hablar de una sin dejar de lado las demás.

1. La pregunta de Dios.

Esta pregunta consiste en su totalidad de otras cuatro preguntas. ¿Existe Dios? ¿Cómo sabemos que existe? ¿Cuales son su atributos? y ¿Cómo se relaciona con los hombres? Para el autor las respuestas en realidad nos son muy importantes, lo importante es la forma en que las respuestas repercuten en la vida del individuo. La postura que mantendremos en las otras preguntas perenne podría ser grandemente influenciada por esta.

2. La pregunta de la Naturaleza.

Esta pregunta es acerca de todo lo que rodea al hombre y su funcionamiento, normalmente conocido como el mundo físico o material. Esta pregunta puede ser abordada de dos formas diferentes. La primera de ellas es teleológica. En esta forma de mirar a la naturaleza, la naturaleza es vista como algo que tiene un propósito o fin. Esta postura es comúnmente asociada con el concepto de Dios como el Creador del universo. La segunda postura es la mecanicista. En esta postura se ve a el universo como una maquina que esta andando sin ningún propósito en particular. A esta postura se le asocia con lo secular.

3. La pregunta del Hombre.

El hombre ya se pregunto que es lo que lo rodea, pero esto no le da ningún sentido a su ser. Entonces el hombre se pregunta: ¿Qué es el hombre? Con esto no se refiere a la naturaleza del hombre, lo que se pregunta aquí es que sentido tiene el hombre. ¿Es posible que el hombre tenga que hacerse un sentido o nace con uno? Para esta pregunta, al igual que en la anterior hay dos maneras de plantearla. El racionalismo y la visión teológica. La visión teológica le da al hombre una identidad de criatura y lo vuelve encargado del cuidar del resto de la creación. En el racionalismo lo que se puede observar es que las acciones del hombre es lo que le da sentido a su ser, a esto se le conoce como narcisismo.

4. La pregunta de la Sociedad.

Una ves encontrado el sentido, el hombre se pregunta acerca de su relación con otros hombres. La sociedad es la forma en que se relacionan los hombres entre si. Esta pregunta incluye la forma en que deben o deberían de ser las relaciones entre los hombres. ¿Como deberían tratarse los hombres entre ellos?, ¿Como se debe fundamentar el gobierno?, entre otras.

Cuando el hombre se conoce y conoce a la sociedad surge la pregunta: ¿Quién le da sentido a quien? ¿Es el hombre quien moldea y crea la sociedad? o ¿Es la sociedad quien crea y moldea al hombre?

5. La pregunta de la Historia.

Esta pregunta interroga las actitudes ante el pasado. ¿Qué significación tiene el pasado para el presente y estos para el futuro? La historia nos da referencia. Nos permite mirar atrás y ver que es lo que paso y porque estamos donde estamos.

En los últimos párrafos Baumer nos convence estas cinco preguntas tan cercanamente relacionadas que a pesar de que los hombres le den menos importancia a alguna de ellas sera imposible no plantear la cuestión. En estos párrafos también expone el hecho de que las preguntas, dependiendo del momento en el que sean planteadas, darán diferentes respuestas; mientras que las preguntas seguirán siendo las mismas.


Del Libro: El pensamiento europeo moderno. Continuidad y cambio en las ideas, 1600-1950, México,  FCE, 1985, pp. 15, 17-32.

1Letters of Lord Acton to Mary, daughter of the Right Hon. W.E. Gladstone, Herbert Paul (ed.), George Allen, Londres, 1904, p.6.